Katy Perry: La diva pop levantó un cuadro de Eva Perón

Después de siete años, Katy Perry volvió a la Argentina y no necesitó cantar una sola nota para encender la devoción de sus fans. Alcanzó con un gesto simple y potente: levantar ante la multitud un cuadro de Eva Perón, la figura política más icónica de la historia argentina.

News08/09/2025
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La artista llegó al país para ofrecer dos shows en el Movistar Arena, en el marco de su gira internacional “The Lifetimes Tour”. Apenas aterrizó, los fanáticos se lanzaron a seguir cada paso de su recorrido porteño: hubo selfies improvisadas, autógrafos y un murmullo incesante de celulares grabando. 

 

 

Pero nada superó el momento en que Katy, sonriente, levantó por encima de su cabeza el retrato de Evita que minutos antes había recibido como obsequio.

El regalo había surgido de manera inesperada. Perry, curiosa y siempre ávida de absorber cultura local, entró a una boutique después de presenciar un show de tango en Puerto Madero. 

 

Allí se topó con la imagen de Eva Perón, preguntó si podía comprarla y recibió como respuesta un regalo. Esa pieza de memoria argentina terminó multiplicando su valor en cuanto la artista la mostró a las cámaras: no era solo un souvenir, era la unión entre una estrella global y un mito nacional.

 

El fervor de los seguidores hizo el resto. Los gritos de “¡te amamos, Katy!” se mezclaron con aplausos y frases emocionadas. Una voz gritó “¡gracias madre!”, resignificando la escena con un guiño casi litúrgico. Perry respondió como sabe: con teatralidad pop, alzando el cuadro como quien corona un instante de comunión.

 

El video del momento se viralizó al instante. “Esto no estaba en mi bingo card”, escribieron miles en redes, mientras otros hablaban de “un multiverso perfecto”. La imagen condensó esa alquimia única entre la cultura argentina y las figuras internacionales que logran entenderla o, al menos, interpretarla.

 

El contexto no era menor. Esa misma jornada, la provincia de Buenos Aires procesaba los resultados de unas elecciones legislativas que dejaron a la política nacional en plena ebullición. Afuera, el país discutía porcentajes y discursos; adentro, en las puertas de un hotel de lujo, el pueblo pop celebraba su propia liturgia. Dos Argentinas que se cruzaban sin tocarse, con Evita como punto de unión.

 

En lo personal, la cantante llega en medio de cambios: separada de Orlando Bloom, con quien tiene a su hija Daisy, y rodeada de rumores que la vinculan con Justin Trudeau, el ex primer ministro canadiense. Entre tanto, Perry parece aferrarse a la energía del tour: cada ciudad le regala un capítulo nuevo, y en Buenos Aires encontró uno cargado de simbolismo político y cultural.

La espera ahora está en los conciertos del 9 y 10 de septiembre. Allí sí se desplegará todo el arsenal que la convirtió en ícono global: vestuario exuberante, escenografía monumental y una lista de hits que forman parte del ADN pop de varias generaciones. Pero, incluso antes de subir al escenario, Katy ya había escrito la escena que quedará en la memoria: la diva global sosteniendo a Evita, entre el griterío de fanáticos que no olvidan ni el brillo ni la historia.

 

En un país acostumbrado a debatir símbolos, esa imagen se volvió irrefutable. Porque si el peronismo convirtió a Eva en mito político y el feminismo en bandera de lucha, ahora fue el pop quien la trajo de vuelta, desde la mano de una estrella que sabe leer al público.

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