Mabel Palumbo: el canto como refugio de esperanza y resistencia

La cantante, compositora y guitarrista de Chacabuco renueva el folklore argentino con un mensaje de fe y compromiso social.

NewsEl domingo
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Por Florencia Belén Mogno. 

 

 

En tiempos de incertidumbre y cambios vertiginosos, la música aún constituye un refugio para muchas personas. En este contexto, las canciones que surgen de la raíz folklórica y de las tradiciones populares logran conectar generaciones y proyectar un mensaje de esperanza y resistencia muy particular. 

 

En ese aspecto, el cancionero popular, muchas veces atravesado por temáticas sociales y políticas, también ofrece una mirada poética sobre lo cotidiano y lo espiritual. Las composiciones nacen de vivencias personales, pero logran traspasar la frontera de lo íntimo para transformarse en símbolos colectivos. 

 

En este contexto, la figura de artistas que recuperan el pulso del folklore y lo proyectan hacia nuevos horizontes adquiere un valor especial y sin dudas Mabel Palumbo es una de esas voces. Nacida en Chacabuco, provincia de Buenos Aires, y criada en el seno de una familia rural de profunda fe evangélica, la artista dialogó con Grupo Mediatres para brindar detalles de su historia musical y su compromiso por renovar el cancionero folklórico con un mensaje de esperanza y fe.

 

Con la música en el alma

 

Tu vocación musical estuvo presente desde siempre, pero recién de adulta pudiste comenzar a formarte. ¿Cómo fue ese camino hacia encontrarte con la música desde un lugar más profesional?

 

M.P: Como siempre digo, la música ha estado siempre presente en mi vida. Pero una cosa es ser oyente y disfrutar los temas y los intérpretes preferidos, y otra muy distinta es ser protagonista. Ha sido un camino que recorrí lentamente. Me costó mucho aprender a tocar la guitarra, pero nunca bajé los brazos. Y, aun disponiendo de poco tiempo, ensayaba siempre que podía, a veces a las dos o tres de la madrugada, cuando la casa estaba en silencio. Escribía a cualquier hora, según llegara la inspiración. Así fui creciendo y tomando confianza, especialmente al recibir buenas devoluciones de la gente.

 

¿De qué manera tu entorno influyó en tu forma de sentir, componer e interpretar la música?

 

M.P: El entorno influyó mucho; todo lo que escribo tiene que ver con una vivencia personal y las interpretaciones nacen siempre del corazón.

 

Tu repertorio combina raíz folklórica y cristiana. ¿Cómo convivieron esas dos vertientes en tu búsqueda artística y cómo dialogan en tus canciones?

 

M.P: En mi repertorio conviven, en forma natural, las melodías folklóricas y las letras cristianas. No podría separar una de la otra. Forman parte de mi sentir, mi compromiso con la vida y mis convicciones.

 

En tus letras abordás temáticas sociales, históricas y espirituales. ¿Qué lugar ocupa para vos el compromiso en el arte y qué mensajes sentís la necesidad de transmitir hoy?

 

M.P: Mi compromiso personal y profundo es con la vida plena, vivida en armonía, justicia y paz. De ahí la necesidad de expresar en versos la realidad, los sueños y la creencia en que todo puede cambiar si nos lo proponemos.

 

Ya grabaste dos discos —uno con canciones tradicionales y otro con composiciones propias— y en los últimos años venís lanzando nuevos temas con sus videoclips. ¿Cómo viviste esa transición hacia un trabajo más autoral y visual?

 

M.P: La primera vez que fui a una sala, temblaba, tenía la boca seca y un susto bárbaro. Pero después, una se va aflojando; se trabaja con red y, si no sale bien de una, se puede repetir. El ambiente es muy armonioso, de confianza y amistad. La idea de los videoclips surgió en pandemia: generar un entretenimiento musical y visual frente a la realidad del encierro, y dio buenos resultados. Recibimos mensajes de todas partes, hasta del exterior.

 

Renovar el cancionero, visibilizar problemáticas actuales y dejar un mensaje esperanzador parecen ser ejes de tu propuesta artística. ¿Qué desafíos encontrás a la hora de sostener esa mirada?

 

M.P: El desafío es estar atenta a los cambios, a la problemática social, a la naturaleza y a las nuevas generaciones, que buscan permanentemente novedades. En mi caso, siempre ofreciendo luz, una salida positiva, una mano tendida. Aunque soy consciente de que la mayor parte de mi público es gente mayor, no descarto que pueda llegar a los/las jóvenes.

 

Tu música se apoya en melodías folklóricas, pero también incorpora otros ritmos latinoamericanos. ¿Cómo elegís los sonidos que acompañan cada historia que querés contar?

 

M.P: Los sonidos van surgiendo naturalmente; forman parte de la inspiración. La letra es importante: qué se está comunicando y para cuáles momentos.

 

 

Estás trabajando en un nuevo proyecto de grabación y edición de videos con temas inéditos, ¿qué podés adelantarnos sobre ese proceso y tus expectativas con este nuevo material?

 

M.P: El proyecto que se viene es un sueño grande. Se trata de un material tipo cancionero, compuesto totalmente por letras cristianas, cada una con su partitura, que, Dios mediante, verá la luz a fin de año en formato digital y en papel. Ya estamos grabando y haciendo algunos videoclips. En total son 20 temas. También está en edición un libro con las letras de mi autoría.

 

Mirando hacia atrás en tu recorrido y hacia adelante en lo que se viene, ¿qué lugar ocupa la música hoy en tu vida y qué te impulsa a seguir creando?

 

M.P: Hoy en día, la música ocupa un espacio muy importante en mi vida. Siento una felicidad inmensa cuando nos invitan a cantar en algún lugar; ¡si es algo solidario, mejor! Considero que tengo el privilegio de poder expresarme por medio de la música, dejando un mensaje alentador, sanador, y que termine siendo un ida y vuelta con la gente. Lo que me impulsa a seguir creando es mi compromiso espiritual y social, el deseo de anunciar lo bueno de la vida: un cambio favorable, en paz y con alegría.

 

Fuente fotografías: prensa Mabel Palumbo. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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